Damos la bienvenida a un nuevo año con el optimismo y la determinación de afrontar los retos presentes y futuros que se devengan en este 2024. La situación climática y de escasez hídrica tiene un papel relevante, tanto a nivel local como desde la perspectiva global, con el objetivo de establecer soluciones urgentes a esta emergencia y con la mirada puesta en lograr la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Las últimas semanas de 2023 se trató este desafío en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático celebrada en Dubái. La consecución de un acuerdo histórico en el que todos los países se comprometen a abandonar progresivamente los combustibles fósiles representa un gran avance para la transformación ecológica. En esta COP28, Veolia tuvo un papel destacado con su compromiso de inversión de 1.600 millones de euros hasta 2030 para eliminar progresivamente el carbón en Europa y también con su despliegue de soluciones tecnológicas que permitan la reutilización de agua, la desalinización y la eficiencia en las redes.
Concretar inversiones que impulsen la innovación y la economía circular, mediante la colaboración, para garantizar el suministro de agua, es especialmente fundamental en nuestro país. España es uno de los países europeos con mayor riesgo de sufrir estrés hídrico en los próximos años. Lo estamos padeciendo ya de forma estructural en las cuencas internas de Cataluña y en Andalucía, siendo la sequía actual la más extrema desde que se tienen registros, tanto por la duración como por la afectación en sectores y población. Después de 3 años con precipitaciones por debajo de la media, las reservas de agua ya se encuentran en una situación crítica.
En el caso de Cataluña, desde Aigües de Barcelona, seguiremos trabajando con la máxima colaboración con la Generalitat y el Área Metropolitana de Barcelona para llevar a cabo las obras de emergencia necesarias para aumentar la aportación de caudales que permitan mantener el suministro. Asimismo, el proyecto de 1.500 millones de euros que presentamos para la resiliencia del abastecimiento en el área metropolitana de Barcelona, que podría ser financiado con los fondos europeos Next Generation, nos permitiría aumentar la capacidad de regeneración de agua. La solución pasa por extender la regeneración al 100 %, como solución más sostenible y fiable; y junto con el mix de la desalación, el agua subterránea y el agua superficial, nos permitiría superar la escasez hídrica en las ciudades.
Desde Agbar, creemos que solo desde la cooperación entre los sectores público y privado para realizar las inversiones necesarias podremos afrontar la situación de sequía actual, pero también reforzar la resiliencia de nuestros territorios ante el estrés hídrico.
En esta misma línea de aportar seguridad hídrica, Aguas Andinas es una referencia en el impulso de proyectos de anticipación y resiliencia ante el cambio climático en Santiago de Chile. Esta región ha visto incrementada notablemente la sucesión de ríos atmosféricos, episodios de lluvias extremas cada vez más recurrentes en verano que provocan unos niveles de turbiedad en el agua del río Maipo y que no es posible potabilizar. Por este motivo, se construyeron los megaestanques de Pirque con 1,5 hm3 de agua que aportan 37 horas de garantía de suministro ante estos eventos climáticos extremos. Para aumentar aún más esta resiliencia, se ejecutará un proyecto que conectará directamente el embalse con las principales plantas de potabilización, evitando captar agua del río en estos casos.
Recientemente, Aguas Andinas ha lanzado una estrategia llamada Biociudad con soluciones concretas para hacer frente a los efectos del cambio climático y aumentar la seguridad hídrica para más de 8 millones de habitantes de la Región Metropolitana de Santiago de Chile. Este año será determinante para iniciar el desarrollo del plan de inversiones que supera los US$ 1.000 millones e incluye la ejecución de obras para el retorno de agua depurada al río Maipo, con la finalidad que el agua cada vez más escasa de la cabecera del Maipo pueda tener un doble uso: primero urbano y después agrícola. En este sentido, es destacable la relación de colaboración que se mantiene con los agricultores de la región, especialmente ante episodios de sequía, que permiten redistribuir el agua para el consumo urbano.
Por todo ello, se hace cada vez más necesario que el agua debe situarse como eje central de la política, con propuestas transversales y concreciones locales. En España, es imprescindible incrementar las inversiones y mejorar la gobernanza mediante la elaboración de un Plan Nacional de Infraestructuras Hidráulicas. Los fondos Next Generation también tendrán un papel clave este año para avanzar en la digitalización del ciclo del agua. Consideramos, además, que este Plan de Recuperación podría destinarse a la financiación de inversiones en infraestructuras hidráulicas. Se requiere, por tanto, una adecuada gobernanza que impulse la necesaria transformación del ciclo del agua, mediante la participación público-privada.
Por nuestra parte, desde Agbar -en el marco del grupo Veolia, que este año celebra su 170 aniversario-, seguiremos concretando soluciones para contribuir a la transformación ecológica y lograr nuestros objetivos gracias a un desempeño multifacético teniendo en cuenta cada uno de los pilares fundamentales del grupo: sostenibilidad, acción social, innovación, digitalización, desarrollo del talento, y económico-financiero.
Y lo haremos posible gracias a todas las personas que forman parte de nuestra compañía, a las cuales aprovecho estas líneas para reconocer y agradecer su profesionalidad, compromiso y dedicación día a día para garantizar este servicio esencial.
Este 2024 seguiremos actuando para aportar respuestas a los retos que afrontamos y afianzando la colaboración con todos nuestros grupos de relación. Así continuaremos trabajando con el propósito de mejorar el futuro de las personas mediante la gestión sostenible del agua y de los recursos naturales.