Según el último informe de Naciones Unidas 2.400 millones de personas carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, como retretes o letrinas. Más del 80% de las aguas residuales resultantes de las actividades humanas se vierte en ríos o el mar sin que se eliminen los contaminantes. Cada día, cerca de 1.000 niños mueren a causa de enfermedades diarreicas prevenibles relacionadas con el agua y el saneamiento.
Es decir, 800.000 niños mueren cada año de diarrea, además de que la mitad de los decesos de menores de 5 se debe a la desnutrición. Una de cada tres personas en el mundo carece de servicios de saneamiento y una de cada ocho defeca al aire libre pese a la importancia que tienen las instalaciones de higiene adecuadas para la salud y el medio ambiente.
En el Día Mundial del Retrete que se celebra cada 19 de noviembre, queremos conveniente subrayar la importancia del saneamiento como eje fundamental para el desarrollo y la dignidad de las personas y de los países.
Se hace más necesario que nunca seguir centrando todos los esfuerzos en conseguir agua limpia y saneamiento como derecho universal. Esta labor ya fue iniciada por los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero la meta del saneamiento es en la que menos se ha avanzado a pesar de su estrecha vinculación con la salud y seguridad de millones de personas, especialmente niños.
Tener conocimiento del importante papel que juega el saneamiento para la salud de las personas es el primer paso para reducir este reto fundamental. Pero además conviene atajarlo ofreciendo cooperación en forma de transferencia de conocimiento a todas las personas y comunidades que más lo necesitan.
En la actualidad no cabe la menor duda de que la tecnología facilita, como nunca, la transferencia de conocimientos entre comunidades. Pero no es menos cierto que hoy las máquinas no pueden sustituir a esas personas que en sus comunidades se comportan como auténticos promotores del cambio, personas que con su disposición y liderazgo, se convierten en la punta de lanza en la divulgación y puesta en marcha de proyectos de cambio.
Y en este punto, me parece pertinente, poner en valor la labor que la Fundación Aquae de la mano de UNICEF desarrolla en la Amazonía peruana con el fin de llevar agua y saneamiento a 5.000 familias de 15 comunidades rurales de las regiones de Ucayali y Loreto para reducir las altas tasas de desnutrición y mortandad infantil en esta zona del planeta.
¿Cómo materializamos este proyecto? En primer lugar, llevamos a cabo una especie de transferencia de conocimiento con las autoridades y referentes locales, poniendo en común estrategias de intervención y soluciones efectivas e innovadoras; en segundo lugar empoderamos a las comunidades rurales mediante un liderazgo compartido, colaborativo, multiétnico, intergeneracional y trasnacional; y finalmente, impulsamos un escalamiento del proyecto mediante la difusión nacional e internacional de la experiencia, para posibilitar que se beneficien otras comunidades y un mayor número de personas.
Hoy es un orgullo ver cómo las propias comunidades locales están llevando adelante, con el conocimiento transferido, proyectos de innovación que facilitan más agua segura y mejor saneamiento a miles de personas de la Amazonía peruana, especialmente niños.
Por eso, es importante que en el Día del Retrete, hagamos hincapié en la importancia de trabajar porque el derecho universal al saneamiento sea, más pronto que tarde, una realidad para todos.
Artículo publicado el pasado 18/11/2016 en Aquae Blog de la Fundación Aquae.