Este texto corresponde al discurso de Ángel Simón en el foro «Barcelona, Capital del Agua» organizado por el Círculo Ecuestre el martes 12 de enero de 2021 con el objetivo de reflexionar sobre los retos para la ciudad ante la futura escasez de recursos y la lucha contra el cambio climático.
Para empezar, quiero agradecer al Círculo Ecuestre que está poniendo en valor Barcelona, en un espacio de debate en el que todos los que participamos de esta ciudad podamos exponer nuestro punto de vista. Gracias por invitarme como representante del sector del agua, que en España da trabajo directo a 40.000 personas e indirecto a 60.000 personas, y es empleo de calidad a todos los niveles. Además, nuestro sector permite el desarrollo de otros sectores, es motor de innovación y es clave en la transición ecológica. Y en este sector, en Aigües de Barcelona, hemos forjado un modelo, de más de un siglo y medio, exactamente 153 años, que hoy es una referencia mundial por la gestión. Y lo es precisamente porque está en una ciudad como Barcelona.
La pandemia de la COVID-19 nos ha permitido, una vez más, mostrar cómo hemos sido referencia. Todos lo habéis experimentado en vuestros respectivos ámbitos: de un día para otro se tuvo que cambiar la forma de trabajar, tanto en el sistema operativo sobre el terreno como en el back office, donde ya teníamos implementado el teletrabajo pero tuvimos que aplicarlo al 100%. Afortunadamente, salió bien, porque ya teníamos la base de la digitalización.
Estábamos preparados y teníamos experiencia en anticipar determinado tipo de emergencias, en particular las relacionadas con emergencias climáticas. Ahora nos hemos enfrentado a una emergencia sanitaria. Podemos decir que, desde un punto de vista empresarial, ha sido un éxito que cada día se pudiera abrir el grifo. Recuerdo una novela de Umberto Eco, que se llama Número cero. La novela trata sobre periodismo, pero el libro empieza cuando el protagonista detecta una anomalía en su casa: abre el grifo y no sale agua. Abrir el grifo y que siempre salga agua es una gran suerte. Hay mucha gente que trabaja detrás para que esto sea posible.
Ante la incertidumbre del entorno actual, hay que tomar decisiones hoy que tendrán un impacto dentro de años. Tenemos retos económicos y sociales, que debemos abordar juntos. La ciudad de Barcelona -cuando digo Barcelona me refiero al área metropolitana-ha sido capaz en estas últimas décadas de construir un modelo de ciudad que ha sido referente, y las empresas que aquí estamos hemos acompañado a este modelo de referencia. Y evidentemente, en nuestro caso, en cuanto a la gestión del agua, esto ha sido gracias siempre a ese acuerdo que hemos tenido las distintas instituciones y las distintas empresas, en las que el talento, la creatividad o la innovación han sido la base de ese desarrollo. En esta misma sede, Josep Sánchez Llibre hizo un llamamiento, a estos acuerdos que nos han hecho grandes como ciudad.
Somos muchas las empresas de esta ciudad que nos sentimos representadas con este llamamiento y nos sumamos a este llamamiento, que en este año complejo y difícil va a ser absolutamente necesario. Como va a ser absolutamente necesario el papel de las empresas. Si tenemos que reconstruirnos como economía, como sociedad, el tejido empresarial va a ser imprescindible el acuerdo.
Necesitamos el acuerdo europeo y el acuerdo local. A escala europea, el acuerdo viene por los Next Generation: es imprescindible que se constituyan en inversiones e infraestructuras de base que necesita este país. En nuestro ámbito, la Asociación de Ingenieros de Caminos ha hecho un estudio que señala que se necesitan 18.300 millones de euros de media cada año para rehabilitar y subsanar las deficiencias en materia de conservación que hay en las infraestructuras del ciclo del agua. Los Next Generation, como sabéis, tienen como prioridad la salud, la digitalización y la transición ecológica. En este sentido, va a ser imprescindible que el agua tenga un papel preponderante. Y a escala local, hay que establecer pactos locales, territorio a territorio. Nosotros, como Aigües de Barcelona, hemos propuesto un pacto en el área metropolitana en el que se establezcan las líneas de trabajo para los próximos cuatro años. Un pacto en el que hemos trabajado con agentes del tercer sector, con trabajadores de la propia compañía, con expertos en regulación y con los sindicatos.
Por lo tanto, hemos hecho una propuesta para reconstruir lo que se ha perdido. Hay que establecer un pacto mediante el que podamos mantener el empleo de calidad. Un pacto a través del cual podamos seguir beneficiando a aquellas personas que no pueden hacer frente al recibo del agua. Un pacto mediante el que podamos realizar las inversiones necesarias para poder seguir manteniendo este servicio de excelencia. Un pacto por el cual hoy, en toda España, tenemos acuerdos con 1.653 entidades distintas para que los vulnerables se puedan integrar dentro de nuestro sistema. En España, donde servimos a 13 millones de personas, se estima que estamos atendiendo mediante programas sociales a 850.000 personas. Otro ejemplo de territorio donde estamos presentes: en Santiago de Chile, con 8 millones de habitantes, estamos atendiendo a 800.000 personas. Por lo tanto, es un pacto con el que pretendemos que nadie se quede atrás.
Este es el modelo de colaboración público-privada que ha funcionado en Barcelona, que tiene que funcionar en el futuro. Esta empresa ha participado desde su inicio en ese proyecto de Barcelona y sigue participando en él. Y la prueba de esta contribución al desarrollo está en que, aunque el 2020, como sabéis, ha sido un año en el que no ha habido movilidad, en el año anterior, en 2019, nuestras instalaciones tuvieron 6.700 visitas, mayoritariamente de expertos extranjeros interesados por el alto valor tecnológico. Eso es lo que queremos preservar en Barcelona. Eso es lo que queremos impulsar.
Por lo tanto, hoy, que estamos aquí en el Círculo Ecuestre y hablando de «Barcelona, Ciudad Capital», me gustaría hacer esa propuesta -que ya he comentado en algunos otros foros, pero que voy a desarrollar un poco más- de afianzar la ciudad de Barcelona como hub mundial en la gestión del agua. Buscamos desarrollar un proyecto, este hub de alcance global, de alto impacto, de largo recorrido. La ambición es posicionar Barcelona, esa Barcelona metropolitana, como un territorio sostenible, innovador y comprometido con la adaptación al cambio climático y sus efectos y la mitigación de este cambio, obviamente con el cumplimiento de la Agenda 2030 y con esa voluntad de continuar a largo plazo, de ser ese referente internacional en estos ámbitos. Es un hub que básicamente debemos centrar en la responsabilidad climática, porque hoy estamos en una emergencia sanitaria, pero sabemos que la emergencia sanitaria va a pasar -y lo esperamos y deseamos-, pero la emergencia climática seguirá pendiente. Por lo tanto, nuestra siguiente respuesta conjunta como sociedad tiene que ser hacia el cambio climático, una respuesta en la que la innovación y el agua van a desempeñar un papel determinante.
Este hub tiene que ser un espacio físico y virtual de cooperación entre los diferentes actores y también de coliderazgo, porque es una alianza entre múltiples empresas, entre diferentes iniciativas, actores y organizaciones, en la que también hay que dar un papel protagonista a la ciudadanía, para posibilitar su participación, así como la concienciación y formación. Y, por supuesto, la coordinación con las instituciones: una vez más, la base de todo el proyecto es la participación público-privada.
Hemos identificado en estos momentos aproximadamente 200 stakeholders para este hub, que podemos resumir en cuatro actores principales: las entidades públicas, los actores en el ámbito de la investigación del desarrollo, los actores en el ámbito de la innovación y los actores en el ámbito de la sensibilización y participación ciudadana. Además de ese liderazgo empresarial, también necesitamos el liderazgo político, para que juntos creemos las condiciones de entorno necesarias para atraer y retener el talento.
Por último, no querría terminar sin hacer referencia, a los ODS, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por Naciones Unidas. Nosotros básicamente estamos trabajando en tres de ellos: el número 6, agua y saneamiento de calidad; el número 1, la lucha contra la pobreza -es decir, no queremos dejar a nadie atrás-, y el número 17, alianzas para alcanzar los objetivos, obviamente, por la participación público-privada, como eje transversal de toda esta intervención.
Para terminar: nuestra historia como compañía va estrechamente vinculada a la historia de Barcelona. Vamos por el mundo y nos conocen por el nombre de Barcelona. Y continuaremos promoviendo lo necesario por nuestra parte para que esta ciudad siga siendo un referente a escala mundial en todos los ámbitos, incluyendo la gestión eficiente de los recursos naturales y la actuación contra el cambio climático.
Entre todos debemos conseguir mantener y reforzar la referencia que es Barcelona, siempre con la mano tendida, siempre con el diálogo y siempre intentando llegar a acuerdos. Esta ciudad tiene el talento y el tejido empresarial y social necesarios para afianzar su posición como hub de conocimiento en muchas materias y, también de una manera decidida, en el sector del agua.