Este artículo es la reproducción de mi intervención por el Día Mundial del Agua el pasado 22 de abril de 2018 en un acto celebrado en el Ágora del Museu de les Aigües de Cornellà de Llobregat.
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Muchas gracias. Muchas gracias a todos por haber venido un año más a celebrar con nosotros este Día Mundial del Agua. Alcalde de Cornellà, alcalde de Sant Climent, autoridades, compañeras y compañeros, amigas y amigos, muchas gracias por estar en este acto y haber compartido con nosotros la visión de toda la gente que ha estado explicando los diferentes temas para responder a algunos de los retos de futuro que nos plantea el agua.
Por lo tanto, un año más nos encontramos todos juntos para celebrar este día que, como todos saben, es nuestra Fiesta Mayor. Muchos de los que están aquí son, somos, trabajadores, o conocen de cerca nuestro trabajo cotidiano. Tenemos, día a día, la suerte de dedicarnos profesionalmente a este reto apasionante, y nos dedicamos a él con ilusión. Este reto es el de asegurar el acceso a un bien tan esencial como es el agua. Este año, como ha estado muy presente en nuestro homo urbe, durante todo el acto el lema principal es «Nature for water», que nos invita a proteger aquellas soluciones que ya existen en la propia naturaleza que sirven para cuidar el agua.
Lo cierto es que Naciones Unidas nos ofrece un marco de trabajo inigualable para, en colaboración entre todos los agentes, cada uno desde su ámbito, avanzar hacia un mundo mejor. Estoy hablando, como es obvio, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que, como saben, consisten en unos objetivos universales establecidos para proteger el planeta y mejorar la calidad de vida de las personas que lo habitamos. Entre estos objetivos, el agua tiene uno propio, el número 6: garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible, así como el saneamiento para todos. Debemos recordar siempre que existen todavía 800 millones de personas en todo el mundo que no tienen acceso al agua potable, y más de 2.400 millones de personas sin acceso a un saneamiento digno. Pero además de este objetivo número 6, el agua desempeña un papel transversal, puesto que es necesaria una mejor gestión de este recurso para conseguir el resto de objetivos. Nosotros lo podemos impulsar como empresa, pero sabemos que para lograr el éxito necesitamos la cooperación de las administraciones y de los distintos agentes implicados, como establece el último de los objetivos, el número 17, denominado «alianzas para lograr los Objetivos». En estas alianzas devienen fundamentales el mundo académico, el mundo empresarial y también el tercer sector, con quien tenemos el placer de colaborar muy regularmente y que está representado por algunas personas que hoy se encuentran aquí.
También quiero aprovechar la ocasión para agradecer, una vez más, la dedicación de todas las trabajadoras y trabajadores que forman el pasado, el presente y el futuro de la compañía. Nos esforzamos para aprovechar al máximo este talento creando puestos de trabajo de calidad, de proximidad y con una apuesta clara por la formación, y pensamos en cómo anticiparnos a las necesidades de la gestión del agua en constante evolución. Para nosotros, el desarrollo sostenible se basa en tres grandes pilares, que están intrínsecamente relacionados: el equilibrio medioambiental, la gestión eficiente y la acción social. Es por ello que durante nuestros 151 años de historia siempre hemos trabajado, y seguimos haciéndolo, centrando todos nuestros esfuerzos en la creación de un modelo de gestión responsable, del que tanto hemos hablado hoy, que integre todos estos conceptos para afrontar nuestro compromiso con los retos que la sociedad y el futuro nos requieren. Creemos que el binomio de la colaboración público-privada de Aigües de Barcelona ha demostrado ser un éxito de modelo de gestión responsable, que se materializa en la acción social, la gestión medioambiental y la configuración de un modelo empresarial sólido, que posibilite la garantía y la preservación del valor compartido. Hoy en día ya nadie pone en duda los riesgos de los efectos del cambio climático. Seguimos mirando al futuro para anticiparnos a ellos, no podemos gestionar los recursos que tenemos fiándolo todo a la casuística o mirando hacia el cielo esperando que llueva. La planificación es fundamental en el sector del agua y necesitamos mirar a largo plazo para saber cuáles serán las necesidades de las ciudades del futuro. Déjenme que lo subraye (creo que es importante hacerlo): además de las necesidades de las ciudades, representadas hoy aquí para esta homo urbe, debemos tener en cuenta la relevancia del campo, de la agricultura, en este cuadro global de necesidades.
En este futuro del que hablamos, es preciso añadir el factor del incremento exponencial de la población. Como saben, en 2050 la población se situará en torno a los 9.700 millones de habitantes, y la FAO calcula que la producción de alimentos deberá aumentar un 70%. En la actualidad, la agricultura consume el 70% del agua azul del planeta, una cifra que se espera que siga incrementándose en los próximos años con el aumento de la población. Bajo esta premisa, el agricultor se convertirá en protagonista importante de la próxima revolución tecnológica para responder al incremento de la demanda de alimentos. Conscientes de ello, proporcionar soluciones a este agricultor constituye uno de nuestros ejes de trabajo como grupo. En ese sentido, acabamos de crear una alianza de empresas junto con Galpagro, grupo español de referencia en soluciones para la agricultura, para empezar a trabajar en zonas con una alta actividad agrícola y que, al mismo tiempo, experimentan un elevado estrés hídrico. Al principio empezaremos con los territorios de Andalucía, Extremadura y el sur de Portugal. El objetivo es consolidar una oferta diferencial para el mercado agrícola que permita optimizar el consumo de agua. Ambas partes aunaremos esfuerzos para desarrollar proyectos de regadío, aportando, por nuestra parte, lo que sabemos hacer en el ámbito de las soluciones medioambientales y, en cuanto a Galpagro, su liderazgo en los servicios agronómicos. De este modo, se ofrecerán soluciones desde la infraestructura hasta la finca, con el objetivo de facilitar el uso del agua para riego e incrementar la productividad de la actividad agrícola. Apostamos por un ciclo del agua sostenible, que reutilice el agua, un bien limitado que requiere la mejor gestión, ya sea en la ciudad, el campo o la industria. Por ello, como especialistas en este ciclo, estamos comprometidos con la respuesta al cambio climático.
Ahora permítanme compartir unos datos que ponen de manifiesto el trabajo de referencia y la evolución constante de Aigües de Barcelona. El año pasado, más de 1.200 profesionales de la gestión del agua, procedentes de más de 20 países, visitaron nuestras instalaciones para conocer de primera mano cómo gestionamos el agua. Ya han visto como, en el caso de Chile, hemos exportado este conocimiento gestionando el abastecimiento de agua en climas, gobiernos y situaciones socioeconómicas muy diversas. Setenta y cuatro proyectos de innovación en curso suponen una garantía de que Aigües de Barcelona es una empresa con una vocación clara de futuro y con la voluntad de continuar siendo pioneros a escala global. En las encuestas que realizamos periódicamente a nuestros clientes, nuestros ciudadanos manifiestan estar muy satisfechos con el servicio y cada año esa satisfacción es mayor, incluso por encima de otros suministros. Sin embargo, sabemos que es necesario consolidar el modelo que lleva tantos años avalándonos y que siempre el interés prioritario ha sido dar el mejor servicio posible a los ciudadanos. El mejor servicio implica también un alto componente de compromiso social: en nuestro caso, desde 2012, anticipándonos a la Ley de pobreza energética, pusimos en marcha el Fondo de Solidaridad desde estas mismas instalaciones, que garantiza que nunca cortaremos el agua a nadie que no la pueda pagar. Desde la puesta en marcha del fondo, se han beneficiado de las bonificaciones cerca de 20.000 familias, es decir, casi 50.000 ciudadanos. Además, ya se han formalizado los protocolos de pobreza energética en 21 de los 23 municipios donde Aigües de Barcelona lleva el abastecimiento: por ejemplo, aquí en Cornellà, 922 familias pagan el servicio del agua a 0 euros, y 4.103 familias pagan menos de agua por ser más de tres en casa. Esto también es una realidad en otras zonas del área metropolitana y en Barcelona. Por ejemplo, por citar algunos distritos, en Nou Barris 1.570 familias pagan el servicio del agua a cero. En Ciutat Vella, 922, y en Sant Martí, 903. Todo eso viene explicado en la campaña informativa de Aigües de Barcelona «Barrio a barrio», implementada en toda el área metropolitana, y que algunos de los que están aquí presentes conocen muy bien, ya que con su participación han hecho posible que esta información llegara más lejos, a más familias, y quiero aprovechar para agradecérselo. Al final de mi intervención me referiré a la extensión de esta iniciativa a otros colectivos de personas en situación de vulnerabilidad.
En este sentido, celebramos que la llamada que hicimos en la última Junta General de Accionistas de junio de 2017 (la del año pasado, no la de este año) para pedir a las administraciones locales que bonificaran sus conceptos en la factura del agua haya dado sus frutos. El Ayuntamiento de Barcelona, a finales de 2017, aprobó la bonificación de la tasa de alcantarillado, y esperamos que el Área Metropolitana lo haga en breve. Respecto a la tasa metropolitana de residuos, en este mismo contexto, la semana pasada nos comprometimos a condonar las deudas de consumo acumuladas por las familias desde que dejaron de pagar los recibos, incluso antes de que los servicios sociales las designaran como personas vulnerables y, por tanto, susceptibles de acogerse al fondo. En este mismo sentido, esperamos que todas las administraciones (Ayuntamiento de Barcelona y Área Metropolitana) también hagan en breve lo mismo que nosotros venimos haciendo con efectos retroactivos. Y esto es porque en Aigües de Barcelona tenemos la política de máxima protección a los colectivos más vulnerables. Tenemos muy presente que no solo gestionamos el agua, sino que somos también una empresa de servicio público y que, por lo tanto, estamos al servicio de la ciudadanía.
En resumen, Aigües de Barcelona es sinónimo de compromiso social, medioambiental y de innovación, porque así es cómo entendemos la manera de hacer y administrar esta empresa. Hoy en día, con la naturaleza como elemento fundamental, para dar respuesta a los retos de futuro adquirimos varios compromisos. Seguiremos apelando a la implicación de todos los agentes para una optimización de la gestión del agua con alianzas con la administración, empresas y demás grupos de relación. Seguiremos innovando para encontrar fórmulas de cubrir la demanda de agua, pero preservando el medio ambiente y los recursos naturales para las generaciones futuras. Seguiremos ayudando a las familias más vulnerables y contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las comunidades donde operamos. Ojalá, ya nos gustaría, que dentro de un año el número de familias que están en el fondo baje de esas 20.000, ya que, desgraciadamente desde que empezamos, cada año ha ido incrementando el número de personas en situación de vulnerabilidad. Y, como he dicho antes, llevaremos nuestro compromiso y nuestra solidaridad a todos los colectivos de personas vulnerables y, en este sentido, estamos ya estudiando la extensión del Fondo de Solidaridad de Aigües de Barcelona a los jubilados en situación de desprotección y riesgo de exclusión social que aún no hayan sido detectados por los servicios sociales de los ayuntamientos, una medida que prevemos hacer efectiva antes de finales de año. También estamos estudiando otros tipos de medidas que, en cuanto las tengamos a punto, también anunciaremos en el momento oportuno.
Y, para terminar, reclamaremos el lugar que siempre ha tenido Barcelona como ciudad de referencia a escala mundial, como smart city en la gestión inteligente de sus recursos en smart water. Y somos conscientes de que es un objetivo ambicioso, pero estamos convencidos de que, si lo hacemos juntos y con el tiempo necesario, sin duda lo vamos a lograr. Y como primer gesto que puede parecer simbólico, pero que es también muy importante, nos comprometemos a entregar todo este material, todos los materiales que hoy se han utilizado para la naturalización de este espacio, a escuelas de la ciudad, para seguir contribuyendo a la mejora de la calidad de vida del área metropolitana, así como del resto de territorios donde tenemos presencia, porque todos estamos llamados, cada uno desde su ámbito, a dejar unas ciudades y, en definitiva, un planeta mejor a las generaciones futuras. Muchas gracias.