Después de dos semanas y un día de prórroga in extremis, los 195 países participantes en la 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático han llegado, en mi opinión, a un pacto histórico que representa el primer acuerdo universal en la lucha contra el cambio climático. En efecto, el Acuerdo de París, que entrará en vigor en 2020, establece una hoja de ruta global hacia un modelo sostenible que tiene como principal meta evitar que la temperatura mundial sobrepase los 2ºC a finales del siglo XXI.
El gran éxito de este pacto reside en que es legalmente vinculante en su conjunto para todos los países del mundo. Conseguirlo era un hito de suma importancia, ya que el acuerdo lleva fraguándose desde hace más de dos décadas, tras constatar la poca efectividad que tuvo el Protocolo de Kyoto, que entró en vigor en 2005 siendo vinculante solo para 37 estados. Creo necesario apuntar, no obstante, que pese a que el Acuerdo de París es vinculante, no lo es la decisión que lo acompaña ni tampoco los planes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a los que los países se han comprometido.
Sin embargo, se prevé la creación de mecanismos para el cumplimiento de los compromisos a nivel nacional, se efectuarán revisiones al alza cada cinco años para plantear progresivamente objetivos más ambiciosos respecto al calentamiento global. Para conseguir emisiones netas, es decir, evitar que se produzcan más emisiones de C02 de lo que el Planeta puede absorber de forma natural, se potenciará el almacenamiento geológico de estos gases. Además, los países se han comprometido a trabajar para que la temperatura no aumente en más de 1,5ºC, cifra óptima según los científicos. Por otro lado, cabe destacar que el Acuerdo prima la diferenciación positiva entre países desarrollados y en vías de desarrollo, los primeros constituirán un fondo de 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los emergentes a mitigar el cambio climático y adaptarse al mismo.
A mi entender, para llevar buen puerto esta nueva agenda de desarrollo sostenible, la colaboración y entendimiento entre todos los actores implicados es fundamental, esto incluye a administraciones, ciudadanía y, por supuesto, a las empresas. Por nuestra parte, desde SUEZ Water Spain, queremos reafirmar nuestro sólido compromiso en la lucha contra el cambio climático y, muy especialmente, en lo que respecta a la conservación del agua, recurso esencial para la vida, que se ve gravemente afectada por los estragos del calentamiento global. La consecuencia más perjudicial de todas, sin lugar a dudas, es la escasez de agua. Respecto a esto, el Banco Mundial prevé que el estrés hídrico afecte al 40% de la población global en 2035.
Me gustaría aprovechar este artículo para compartir las líneas de actuación en las que se materializa nuestro compromiso para los próximos años. En primer lugar, nos proponemos llevar a cabo una gestión eficiente del agua sirviéndonos de los últimos avances en innovación y tecnología para optimizar al máximo el rendimiento de las instalaciones. Al mismo tiempo, queremos promover los diferentes usos del agua y su reutilización, así como la protección de los recursos hídricos alternativos que nos permitan tener reservas suficientes para minimizar el impacto en los ecosistemas en situaciones de escasez. Además, desarrollaremos otras acciones como el cálculo de la huella hídrica de productos y procesos para mejorar la eficiencia hídrica o planes de biodiversidad que nos ayuden a relacionarnos mejor con nuestro entorno.
Pero no sólo nos preocupamos del agua, sino que somos plenamente conscientes de la necesidad de mitigar el cambio climático asociado a nuestra actividad y de que la mejor forma de combatirlo es la resiliencia, defender una filosofía laboral sostenible es la única vía para seguir avanzando. En este sentido, nos comprometemos a calcular nuestra huella de carbono e implantar medidas de reducción de nuestra emisión de GEI, así como la compensación voluntaria de estas emisiones.
En el mismo orden de cosas, creemos en el consumo energético responsable y en la producción de energías renovables, en especial la hidráulica, con el fin de autoabastecernos. Adoptar un modelo de economía circular es clave en este punto, se trata de minimizar los residuos pero también de darles un nuevo uso y cerrar el círculo. Así, el lodo de nuestras depuradoras sirve para obtener energía mediante la cogeneración de biogás. También apostamos por la movilidad sostenible, prevemos implantar una flota de vehículos híbridos y eléctricos en un contexto en el que, cada vez más, cobran fuerza las smart cities.
Este conjunto de medidas para actuar firmemente contra el calentamiento global está alineado con los 12 compromisos de SUEZ anunciados en octubre y cuyos puntales son: ahorrar para 2020 agua en el equivalente del consumo de una ciudad de dos millones de habitantes; reducir la huella carbono en un 30% para el año 2030, así como conseguir que los clientes dejen de emitir 60 millones de toneladas de GEI hasta 2020; y aumentar en un 10% la producción de energías renovables para 2030.
Las expectativas mundiales puestas en la COP21 eran muy elevadas y por fin se ha logrado un consenso vinculante a escala global, ahora es el momento de la acción, de llevar los buenos propósitos a término real y trabajar duramente para alcanzar las metas que protejan al mundo de nosotros mismos. En este sentido, si me permitís una reflexión personal para acabar, el Acuerdo de París triunfará verdaderamente si consigue concienciar a todos los actores implicados de la importancia de integrar el pensamiento sostenible en todas las facetas de la vida.
En el ámbito empresarial, este propósito conlleva la adopción de un modelo corporativo basado en el desarrollo sostenible a todos los niveles: medioambiental, económico y social. Nuestro compromiso se sustenta en una filosofía laboral que procura tanto por el entorno como por el bienestar humano, sirviéndonos del conocimiento, la colaboración, la innovación y la tecnología como herramientas vehiculares para hacer de nuestro mundo un lugar que estemos orgullosos de legar a las futuras generaciones.