Como ya recogía el texto Ciutat de l’aigua, traslado a un nuevo paradigma de trabajo, publicado en este blog el pasado mes de septiembre, nuestro nuevo espacio de trabajo ha significado mucho más que una simple mudanza, ha representado la oportunidad de visualizar la evolución hacia una renovada cultura laboral más eficiente, sostenible y colaborativa. De esta manera, el traslado de sede tan solo fue una de las palancas del cambio, el reto que ahora nos ocupa es mantener un proceso de transformación permanente en nuestro día a día.
Durante el traslado y adaptación a la nueva sede, se ha hecho patente la gran utilidad de los key ambassadors como método para articular las dinámicas de transformación que necesitamos. Empezamos la mudanza designando a 60 embajadores del cambio, los cuales representaban a todos los perfiles profesionales de nuestra empresa, con la misión de divulgar la nueva cultura corporativa e involucrar a sus compañeros. En la reunión de embajadores del pasado 19 de enero, el grupo se había reducido a 38 personas, de las cuales 22 eran nuevas en el equipo. El trabajo de los embajadores durante estos meses ha sido tan fructífero que pensamos mantener esta metodología como parte capital de nuestra constante transformación. El número de personas participantes ha disminuido gracias a que Ciutat de l’Aigua constituye un entorno más colaborativo y comunicativo. Además, la renovación y el carácter rotativo de los key ambassadors son fundamentales a la hora de llegar a todos los ámbitos que necesitan ser tratados.
Nuestra apuesta por la transformación como estrategia central de desarrollo se basa en la voluntad de ser más resilientes en un entorno empresarial y económico de gran complejidad. En este sentido, nuestro objetivo es trabajar como una organización ambidiestra. Me explico, se trata de explorar, por un lado, las posibilidades del denominado «modo 1», es decir, nuestro negocio concesionario y Advanced Solutions, que nos proporcionan resultados y en los que debemos seguir incrementado la eficiencia. Y, por otro lado, trabajar en el llamado «modo 2», o lo que es lo mismo, descubrir qué nuevas líneas de negocio y qué nuevos productos nos harán ganar el futuro. Esta segunda parte está estrechamente ligada a la sistematización de la innovación como filosofía laboral. De hecho, estamos empeñados en explotar al máximo el modelo de corporación bimodal y, para ello, centramos nuestra transformación en cuatro ejes: Digital, Innovación, Sostenibilidad y Social (DISS), elementos que iremos incorporando en los dos modos de actuación.
Con la finalidad de potenciar el pensamiento innovador, los proyectos que desarrollan los key ambassadors en sus sucesivos talleres siguen la metodología lean start up. Se trata de un método de trabajo que permite agilizar la ejecución de proyectos a través de técnicas como la iteración, impulsando la colaboración entre áreas, un mayor flujo de conocimiento y el uso de la tecnología como herramienta al servicio de las necesidades laborales. Esta forma de trabajar, que se está demostrando exitosa, así como los proyectos en desarrollo, son un bien común que podrán extrapolarse al resto de la empresa.
Otro punto importante que nos permite la transformación en la que vivimos inmersos, así como nuestro edificio Ciutat de l’Aigua, es la promoción de hábitos saludables. El nuevo restaurante, el gimnasio o el fomento de la conciliación familiar son algunos ejemplos de nuestro compromiso con un estilo de vida equilibrado que se traduzca en trabajadores más motivados y satisfechos. Es el caso del programa piloto de trabajo flexible, el cual explora la posibilidad de trabajar desde casa un 20% de la jornada laboral y que se está testando en 80 empleados. Personalmente, creo que uno de los proyectos clave a desarrollar por los key ambassadors en breve es el referido al cálculo de la huella de carbono y, en una segunda fase, de la huella hídrica de cada individuo, para encaminarnos a ser más sostenibles y responsables con el medio ambiente.
Para acabar, desearía agradecer a los embajadores su gran labor de diseminación del cambio, así como, al mismo tiempo, apuntar que en este proceso es imprescindible la colaboración de todos los profesionales que trabajamos en Ciutat de l’Aigua. Solo desde un esfuerzo conjunto seremos capaces de consolidar lo que hemos conseguido hasta la fecha y de lograr que nuestra transformación constante sea sostenible en el tiempo.