Cuando en el año 2010 las Naciones Unidas reconocieron el derecho humano al agua y al saneamiento, a la vez establecieron las condiciones necesarias para que fuera realidad. El abastecimiento de agua por persona debe ser suficiente y continuo, saludable, aceptable, físicamente accesible y asequible. Como gestores de un bien esencial, las características descritas por la ONU, son seña de identidad en nuestra gestión convirtiéndonos, por tanto, en garantes de este derecho humano en los territorios donde estamos presentes.
Se trata, por tanto, de una cuestión vital en la que dar respuesta a los retos que tenemos por delante – efectos negativos del cambio climático, incremento de la población, renovación de la infraestructuras, etc.- debe realizarse desde el debate sosegado e inteligente con técnica y ciencia basado en la transmisión de valores y datos.
A modo de ejemplo, recientemente la Cámara de Concesionarios y Empresas vinculadas al Sector Público en el ámbito de las Infraestructuras, los Equipamientos y Servicios Públicos (CCIES) ha publicado el Informe sobre la gestión directa/indirecta del ciclo del agua con el que se pretende contribuir a un debate informado sobre la gestión indirecta de los servicios públicos que aporte claridad y datos fehacientes sobre el sector del agua.
El documento recoge cuestiones que, a priori podrían resultar básicas, pero que en estos tiempos conviene recordar como que el agua es un bien de dominio público y que, aunque el suministro lo realice el sector privado, es la administración pública quien tiene la titularidad, la competencia y la responsabilidad última del recurso. Corresponde a ella, además, la tutela y regulación de las condiciones del servicio.
Resulta conveniente recordar – y del que ya he hablado en este Blog- el último informe presentado ante la Asamblea General de Naciones Unidas por Léo Heller, relator especial de Naciones Unidas para la defensa de este derecho humano, en el que se expresa que su consecución no está reñido con la forma que se elija para su gestión. Lo que sí se recoge con claridad es la obligación de todos los agentes, estados y proveedores de servicio de someterse a una efectiva rendición de cuentas.
Pone también sobre la mesa el informe de CCIES otra cuestión relevante como es la importancia de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación. Cuestiones clave para un sector estratégico como es el agua, y donde la colaboración del sector privado es esencial.
SUEZ Spain ha dedicado el 1,5% de los ingresos anuales (30 de un total de 2.000 millones de euros) a políticas de innovación y colaboración en distintos puntos del planeta. Un cifra que nos ha permitido estar a la vanguardia de las empresas del sector dentro y fuera de España. Un ejemplo de ello es la tecnología de detección de fugas de agua por satélite que la compañía desarrolla conjuntamente con empresas de Estados Unidos e Israel.
Otro ejemplo de colaboración con magníficos resultados es el Centro Tecnológico del Agua (Cetaqua) que se ha convertido en un referente como generador de nuevo conocimiento, ejemplo de partenariado público-privado, con más de 300 proyectos en cartera cuyos fondos alcanzan los 8 millones de euros anuales y con más de 100 personas dedicadas a la investigación aplicada a través de sus centros en Cataluña, Galicia, Andalucía y Chile.
La cuestión prioritaria es y será siempre que el derecho humano al agua y al saneamiento sea una realidad. Para ello, no podemos dejar a nadie de lado, venga de lo público o lo privado. Los retos son universales y conjuntos y todos debemos aportar para lograr las metas establecidas. El debate, con hechos y argumentos, siempre facilita el entendimiento.