«La Palabra»
Un aire, un aire, un aire,
un aire,
un aire nuevo:
no para respirarlo
sino para vivirlo.
En el Día del Libro, o Sant Jordi para los que desde la infancia vivimos las emociones de esta hermosa celebración por Las Ramblas de Barcelona, quiero recordar las certeras palabras que utilizó Gonzalo Rojas para definir «la palabra». En los tiempos de la inmediatez, la simplificación y la escasez reflexiva, las palabras de Rojas nos recuerdan la importancia del «aire nuevo» del que se nutre – y con el que nos nutre- la Literatura.
En pocos días, el próximo 25 de abril, hará seis años que uno de los grandes poetas chilenos y de la cultura iberoamericana nos dijo adiós, dejando atrás un inmenso legado de palabras. En 2017, además, se conmemora el centenario de su nacimiento. Estaría contento el poeta que recurría precisamente a ese concepto, el nacimiento, para volver sobre los pasos, para desandar el tiempo y, a la vez, iniciar un camino:
«Cada diez años vuelvo»
Cada diez años vuelvo. Salgo de mis raíces,
de mi niñez, y vuelvo hasta las últimas
estrellas. Soy del aire
y entro con él en toda la hermosura terrestre:
en el fuego, en el vino, en las espléndidas
muchachas. Soy el mismo
que silba su alegría en las radiantes
calles, el mismo príncipe y el mismo prisionero.
A Gonzalo Rojas está dedicado uno de los últimos números de la revista Poemad, un proyecto que patrocina la Fundación Aquae y a través del cual damos apoyo a proyectos artísticos que favorezcan una mirada humanística de nuestro entorno. Una mirada como la que, por ejemplo, aporta el gran poeta chileno cuando aborda cuestiones universales de la vida como el amor, la muerte, la política, la filosofía y la importancia de lo pequeño y lo cotidiano.
«Mortal»
Del aire soy, del aire, como todo mortal,
del gran vuelo terrible y estoy aquí de paso a las estrellas,
pero vuelvo a decirte que los hombres estamos tan cerca los unos de los otros,
que sería un error, si el estallido mismo es un error,
que sería un error el que no nos amáramos.
Son muchos los autores de cabecera que me han acompañado, cada uno dotándome de perspectiva en diferentes etapas. Durante los años que viví en Chile, país en el que transcurrió buena parte de mi vida profesional reciente y que siempre he sentido muy próximo, tuve la oportunidad de conocer el Premio Cervantes 2003, tal y como recordé en un artículo de este Blog. Compartir momentos con uno de los grandes autores en castellano del siglo xx, cuya singular voz aún oigo resonar de tanto en tanto, dejaron una impronta.
Desde hace años para celebrar el Día del Libro intento no dejar de rememorar, retomando alguno de sus libros que siempre tengo en la proximidad, la figura de Gonzalo Rojas. Como ocurre con los grandes autores, y a pesar del paso de los años, esta se mantiene intacta o, incluso, se incrementa. A quienes no lo conozcan, les recomiendo encarecidamente que busquen, entre los stands de las ferias que en estas fechas se organizan, a este imprescindible poeta de lo humano. Los versos que encuentren llenarán, sin duda, su espíritu de «aire nuevo».