Confianza e inversión son dos palabras claves cuando hablamos de generación de empleo de calidad. Confianza gracias a la existencia de un marco estable en el que se puedan realizar proyectos que permitan el crecimiento de la economía. E inversión, me referiré para los efectos de este post, a la inversión en conocimiento para que el empleo que se genere en ese contexto sea de calidad.
Estos dos elementos son los que destaqué en un diálogo junto a Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, durante los Encuentros Hotusa celebrados el pasado mes de septiembre en Barcelona, en el que tratamos la situación actual del empleo en España.
Aunque es cierto que hemos dejado atrás las escalofriantes cifras de paro de los primeros años de la crisis económica, la última Encuesta de Población Activa sitúa la tasa de paro en un 20%, es decir, que el número de parados supera aún los cuatro millones y medio de personas. España, junto a Grecia, lidera la tasa de paro en Europa. Los datos siguen siendo negativos y aún queda mucho camino por recorrer.
Al igual que en muchas otras empresas, la crisis económica provocó la pérdida de empleos en nuestro grupo, una situación que se ha ido recuperando en los últimos años, logrando un ritmo de creación de empleo que llega hasta los 500 nuevos contratos anuales y que, estoy seguro, sería mayor si España contase con una mayor estabilidad que ayudara a aumentar el clima de confianza en la economía.
El otro elemento clave para generar empleo de calidad, como decía al inicio, es la inversión en conocimiento. En la misma línea se pronunciaba el economista Jeremy Rifkin durante su participación este año en el Cercle de l’Aigua. Hablaba Rifkin de un nuevo paradigma económico en el que «todo se compartirá y estará interconectado» y, en concreto, destacaba la necesaria digitalización de las infraestructuras, tanto la de transporte como la de la energía, la del agua, etc.
La digitalización es uno de los ejes que contemplamos dentro de la estrategia DISS (Digital, Innovación, Sostenible y Social) que, como ya he explicado en otro post, nos ha permitido ser conocidos históricamente como empresa concesionaria pero, sobre todo, y de manera creciente, como proveedora de conocimiento y tecnología.
Por tanto, nuestra estrategia empresarial va perfectamente alineada con la digitalización, pero el proceso de transformación que llevamos años implementando va más allá y pasa necesariamente por la innovación, la sostenibilidad, la tecnología y el retorno de los beneficios de las empresas a la sociedad a la que sirven. Sólo así seremos capaces de continuar siendo un agente de creación de empleo de calidad en nuestro país.