El simple hecho de introducir el hábito diario de lavarse las manos con agua y jabón salva la vida a millones de personas cada año, especialmente a niños, ya que protege contra el contagio de enfermedades. Lavarse las manos sólo con agua no es suficiente y, por eso, en los últimos quince años se ha promovido el uso de jabón como medida de higiene básica en los países en vías de desarrollo en el marco de acción de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Una tarea que continuaran los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible a partir del próximo 2016 y hasta el año 2030.
El cuarto Objetivo del Milenio se proponía reducir en dos terceras partes la mortalidad infantil para el año 2015. El agua juega un papel crucial en cuanto a la disminución de la mortalidad en menores de cinco años. Facilitar un mayor acceso a agua potable ha sido clave en la agenda del los Objetivos del Milenio; desde 1990 hasta hoy se ha logrado que el 91% de la población mundial goce de agua apta para el consumo humano. A pesar de la gran necesidad de tratar las aguas residuales, este propósito no ha tenido un resultado tan exitoso, ya que sólo 5 de cada 8 personas en el mundo disfruta de un saneamiento mejorado.
Doy algunas cifras en cuanto a la relación entre el lavado de manos y la mortalidad infantil a modo de ejemplo: lavarse las manos con agua y jabón puede evitar casi el 44% de las muertes provocadas por enfermedades diarreicas y el 25% de las infecciones respiratorias agudas, que suponen la mayor causa de muerte entre los niños menores de cinco años a nivel mundial. Si bien es cierto que no se ha llegado a reducir la mortalidad infantil en dos terceras partes como pretendía el cuarto ODM, sí que se ha logrado rebajar la mortalidad en menores de 5 años a más de la mitad; de 12,7 millones de niños y niñas que murieron en 1990 a 6,3 millones en 2013.
Aunque es evidente que estos datos deben mejorar con la mayor brevedad posible, me gustaría aprovechar que hoy celebramos el Día Mundial del Lavado de Manos para reconocer que vamos por el buen camino. Pero al mismo tiempo, la reunión de los líderes mundiales en París durante la COP 21 a principios de diciembre debe servir para continuar avanzando en la misma dirección.
Queda mucho trabajo por hacer y es imprescindible seguir promocionando el lavado de manos con agua y jabón. Así como garantizar un mayor acceso al agua potable y a saneamiento mejorado, desde Agbar reafirmamos nuestro compromiso de aportar soluciones efectivas en este ámbito. A través de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible debemos implicarnos más que nunca para continuar la labor de los antiguos ODM y avanzar hacia un mundo donde nadie quede atrás por falta de agua, jabón ni esperanza.