Nos encontramos en una época de cambios trascendentales. Estamos inmersos en una revolución digital. Sin embargo, escucho con menos frecuencia tendencias de futuro a la economía circular y a la sostenibilidad. Destacaba estos conceptos en un acto organizado por la Asociación Española de Directivos (AED) en Las Palmas de Gran Canaria el pasado 28 de octubre de 2016.
El mundo es digital. Nuestras actividades han de ser cada vez más transversales, basadas en la conectividad total, lo que nos permitirá dar respuesta a los grandes retos a los que tenemos que hacer frente como es al cambio climático y a todos sus efectos. En 2050 tendremos una población de más de 9.000 millones de habitantes, el consumo de energía se incrementará en un 40%, el de agua en 50% y el de alimentos en un 50%. Por lo tanto, urge cambiar la manera en la que estamos gestionando nuestra economía y no hay otro camino que no sea la economía circular.
El objetivo de la economía circular es que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos. Se trata de un cambio de paradigma en la producción, en la gestión y en el consumo. El objetivo es desligar el crecimiento económico del uso de recursos y de energía, reducir las emisiones de CO2, reforzar la competitividad y promover una mayor seguridad energética.
La economía circular se incluye en una de las siete iniciativas emblemáticas que forman parte de la Estrategia Europa 2020, concretamente en la que se refiere a «Una Europa que utilice eficazmente los recursos» que pretende generar un desarrollo inteligente, sostenible e integrador. Actualmente, de hecho, es la principal estrategia de Europa para generar empleo.
Un estudio de la Fundación Ellen MacArthur y el Centro de McKinsey para Negocios y Medio Ambiente del año 2015 concluyó que la adopción de principios de la economía circular, permitirá que en Europa crezca la productividad hasta en un 3% anual. Podría crear un beneficio neto de 1,8 billones de euros en 2030 (0,9 billones de euros más que en el lineal actual de desarrollo) que irían acompañados de mejoras sociales y una reducción a la mitad de las emisiones de dióxido de carbono en comparación con los niveles actuales.
El efecto en el empleo también sería notable. Así se recoge, por ejemplo, en el informe «La economía circular y los beneficios sociales» elaborado por el Club de Roma en el año 2015 donde se asegura que sólo en España la aplicación de principios de la economía circular permitiría crear en torno a 52.000 puestos de trabajo en cuatro años.
En nuestro grupo de empresas sabemos que la economía circular debe estar integrada en todos los aspectos de nuestra estrategia. Por esa razón, hemos puesto en marcha experiencias a escala local como la desarrollada conjuntamente con el Ayuntamiento de Sant Feliu de Llobregat y Aigües de Barcelona, a través del centro tecnológico Cetaqua. El proyecto pretende implementar una metodología de economía circular basada en la relación entre agua, energía y residuos, que permita llevar a cabo distintas acciones para reducir, reutilizar y reciclar los recursos del municipio.
Otra iniciativa en la que estamos trabajando es el proyecto de autosuficiencia energética en Granada. Una ambiciosa iniciativa de Emsagra en el que la economía circular es el eje central que rige las actuaciones a desarrollar. En concreto, el plan diseñado pasa por lograr cubrir el 100% del consumo energético de nuestras instalaciones mediante autogeneración o la valorización del 100% de los residuos de arenas y grasas generadas en las EDARs.
Pero queremos ir más allá con esta iniciativa al establecer también objetivos específicos como ahorrar el consumo anual de agua de una ciudad de 1.200.000 habitantes e implicar en esta tarea a nuestros proveedores al conseguir que el 100% realicen prácticas responsables.
Debemos seguir en esta línea, apoyándonos en soluciones tecnológicas novedosas y altamente eficientes, basada en la cooperación entre los distintos actores implicados y apostando de forma decidida por la innovación porque, como decía al inicio, no hay alternativa a la economía circular y a la sostenibilidad.