El aumento de la población en los próximos años supondrá un reto a la hora de conseguir el acceso universal al agua y el saneamiento. El sector del agua es consciente de ello. ¿Cómo alimentar a más de 9 mil millones de personas en el 2050, teniendo en cuenta que el agua es un recurso limitado? Solo si actuamos con anticipación seremos capaces de responder al desafío que tenemos por delante, ya que no se trata únicamente de asegurar la protección del recurso, sino también garantizar la calidad del mismo.
Recientemente, la FAO y el Instituto Internacional de Gestión del Agua publicaron las conclusiones iniciales de un estudio sobre la contaminación del agua a nivel mundial, desde una perspectiva alimentaria y agrícola. No debemos olvidar que la agricultura representa en la actualidad el 70% del consumo mundial del agua y que, tal y como confirma la investigación, contribuye a su contaminación por el uso de productos agroquímicos, materia orgánica, residuos de fármacos o sedimentos.
Lograr que siga habiendo agua de calidad para dar servicio a la ciudadanía y producir alimentos suficientes para todos dependerá en gran medida de que hayamos conseguido desarrollar la tecnología necesaria y estructurar la gobernanza que nos permitan ser más eficientes.
Desde hace años nuestro grupo viene compartiendo conocimiento y creando soluciones para atender las necesidades de los agricultores y dar así respuesta a ese reto. Un ejemplo es el acompañamiento que realizamos para la profesionalización y tecnificación de la gestión de las Comunidades de Regantes. Es el caso de la comunidad de Lasesa (Huesca), que ha confiado en SUEZ Spain para implantar la teledetección con la que se obtendrán mapas de cultivos, necesidades hídricas u otros parámetros que facilitarán una gestión más eficiente de las infraestructuras y los campos. Otro ejemplo es el trabajo que estamos desarrollando en la Comunidad de Regantes Cuatro Vegas, una de las más importantes de la provincia de Almería, con los que colaboramos para avanzar hacia una agricultura inteligente con la aplicación de técnicas como el riego con aguas regeneradas.
La aplicación de la tecnología es ya el eje central con el que asegurar la cantidad y la calidad de un recurso como el agua, tan esencial para garantizar la seguridad alimentaria y potenciar el desarrollo rural. Precisamente estos dos últimos aspectos son los que pone de relieve la FAO por el Día Mundial de la Alimentación (que se conmemora cada 16 de octubre), como elementos clave para cambiar el futuro de la migración, que es el tema central de esta edición.
Recuerda la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura que tres cuartas partes de las personas en situación de pobreza extrema basan sus medios de subsistencia en la agricultura. Por ello, insisten en el establecimiento de condiciones que permitan a las poblaciones rurales, especialmente a los jóvenes, permanecer en sus hogares.
Debemos ser capaces de seguir desarrollando y extender la denominada Smart Agriculture a todos los puntos del planeta, especialmente a los más vulnerables y expuestos al hambre, la pobreza y al cambio climático.