En la 38a reunión anual del Cercle d’Economia, he tenido la oportunidad de reivindicar de nuevo la importancia de hacer del agua un eje estratégico en la agenda del país, a través de un Pacto Nacional de Obras Hidráulicas.
Ante la escasez hídrica, la regeneración y la reutilización del agua constituyen un pilar clave para tener capacidad para suministrar agua para cada uso. Nuestra gran aportación es la innovación, la tecnología y el conocimiento en este ámbito. Hemos pasado de las tradicionales depuradoras de aguas residuales a tener la posibilidad de regenerar y, posteriormente, reutilizar. En España, estamos reutilizando aproximadamente un 12 % del agua urbana como media en el conjunto del país. En el área metropolitana de Barcelona, estamos al 20 % y, en Murcia, están al 98 %. Por lo tanto, España es un país puntero en reutilización del agua y es el puntero en toda Europa.
La clave para asegurar el suministro de agua para las personas es separarlo del consumo agrícola. Las ciudades pueden ser perfectamente autosuficientes si gestionamos ese mix de recursos y seguimos avanzando en la reutilización.
A partir de la sequía de 2008, en el área metropolitana de Barcelona, empezamos a poner en marcha la reutilización del agua. Si hoy todavía podemos dar suministro, es gracias a que se tomaron dos decisiones importantes a raíz de aquella sequía: una, la desaladora, que nos cubre un 33 % de la demanda urbana; y la otra, la reutilización, que nos cubre el 25 % (y cada vez más).
No hemos avanzado lo suficiente, porque nos ha faltado una verdadera toma de decisiones para impulsar decididamente la reutilización y hoy no tendríamos que afrontar esta nueva sequía. Por ello, hemos presentado un proyecto financiado con fondos Next Generation de 1.300 millones de euros para la resiliencia del abastecimiento del área metropolitana de Barcelona que resuelve definitivamente este problema.
Hoy tecnológicamente no deberíamos tener ningún problema en ninguna ciudad para suministrar al 100 % el suministro de agua. Pero se deben tomar decisiones y se requiere de liderazgo.
España necesita vertebrar el agua como eje central de su política. El agua es esencial, no solamente en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que cuentan con uno específico a pesar de que todos pasan por el agua; sino también porque mayoritariamente nuestro PIB, tanto el turismo, como la agricultura, la industria, la sostenibilidad en las ciudades, pasa por el agua.
Por tanto, lo que esperamos es que haya una política del agua que permita impulsar la regeneración y la reutilización mediante los proyectos que tenemos para que las ciudades seamos autosuficientes, que el regadío se haya modernizado y que se termine, por fin, la polémica del agua.
Compartiendo la mesa sobre “Infraestructuras y tecnologías críticas”, con Beatriz Corredor, presidenta del grupo Redeia, y Marc Murtra, presidente de Indra, moderada por Carmina Ganyet, vocal de la Junta Directiva del Cercle, se ha hecho evidente la necesidad de impulsar la tecnología, el conocimiento y la innovación para afrontar los retos actuales mediante la colaboración público-privada, que es el gran éxito de los últimos años de nuestro país. Debemos cooperar y colaborar en la innovación y el conocimiento en el entorno europeo para poder ser competitivos en el resto de mercados. Necesitamos calidad institucional y garantías, para que, en este marco de la participación público-privada, cada actor cumpla con el papel que le corresponde.