En el Día Mundial de la Madre Tierra, que se conmemora cada 22 de abril, este año el foco está puesto en una cuestión de vital relevancia para la supervivencia del planeta: acabar con la contaminación por plásticos. En nuestro grupo de empresas estamos alineados con el compromiso de la necesaria transformación de los residuos, entre ellos, el plástico a través de la puesta en práctica de los principios de la economía circular. Sumamos también a nuestra hoja de ruta los Objetivos de Desarrollo Sostenible a través del Sustainable Development Roadmap 2017-2021, con un traslado específico a la realidad de SUEZ Spain a través de REwater Global Plan 2017-2021.
Hace algunas semanas trascendía a los medios de comunicación que la conocida isla de plásticos (denominada por los expertos Gran Mancha de Basura del Pacífico – del inglés Great Pacific Garbage Patch, GPGP- ) es mucho mayor de lo que se pensaba hasta el momento. En concreto, esta masa de residuos alcanza ya la superficie de España, Francia y Alemania juntas, según los cálculos realizados por la Ocean Cleanup Foundation. En total, se trata de unos 1,8 billones de piezas o fragmentos de plástico con un peso estimado de 80.000 toneladas. Estos datos – sobre los que, sin duda, estamos obligados a reflexionar sobre cómo hemos llegado a esta situación- nos dan una muestra del inmenso daño que está ocasionando la contaminación por plásticos en nuestros mares y océanos.
En SUEZ estamos convencidos de que convertir en recurso los residuos plásticos es una herramienta básica y al alcance – con la tecnología actual- para proteger la Tierra. Es por ello que producimos plástico reciclado con las mismas características que el plástico de primer uso, animando a las industrias con las que trabajamos a que usen el primero de ellos si queremos que el compromiso de la sostenibilidad sea una realidad.
Contamos con 9 plantas especializadas en el reciclaje de plástico en Europa. Cada año, procesamos 400.000 toneladas de plástico y producimos 150 mil toneladas de polímeros reciclados. El objetivo es incrementar la cifra actual en un 50% y alcanzar las 600.000 toneladas en 2020. Producir una tonelada de plástico reciclado ahorra 5 barriles de petróleo, lo que equivale a 1,6 toneladas de CO2 y más de 90% de energía si lo comparamos con una tonelada de plástico virgen. De nuevo, queda claro que debemos aplicar los principios de la economía circular y ofrecer una segunda vida a nuestros residuos.
Asimismo, en relación concreta con el agua, la Comisión Europea se encuentra analizando la actual legislación comunitaria sobre agua potable con el fin de reducir el plástico que proviene del agua envasada. En esta línea, Emasagra, la Empresa Municipal de Aguas de Granada, ha realizado una campaña de promoción del agua del grifo, una de las mejores de Europa según los expertos, mediante la firma de un convenio con los representantes del sector hostelero para potenciar el consumo del agua del grifo entre sus clientes. Think local, act global.
No hay alternativa a la economía circular y, por tanto, no hay otro camino que avanzar hacia el «residuo cero», especialmente en el caso del plástico que tanto daño está ocasionando en nuestros mares y océanos.