La firma del Acuerdo de París supuso un paso histórico para el planeta. La rúbrica, en la que participaron 175 estados hace ahora justo un año, se enmarcaba en la celebración del Día de la Madre Tierra y dejaba imágenes tan simbólicas como la foto del ex secretario de Estado estadounidense, John Kerry, firmando en nombre de su país con su nieta Isabel, de dos años, en su regazo. Un compromiso presente para las generaciones futuras.
Siete meses después de la mencionada fecha, el 4 de noviembre de 2016, el Acuerdo de París sobre cambio climático entraba en vigor tras haber sido ratificado por el 55% de los países que suman, al menos, el 55% de las emisiones, entre ellos Estados Unidos, China e India. Un éxito que marcó el inicio de un camino hacia la sostenibilidad, con la que nuestro grupo empresarial se encuentra completamente alineado.
El compromiso del grupo SUEZ en la lucha contra el cambio climático está recogido en 12 objetivos concretos, entre los que destacan: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 30% de aquí a 2030 en nuestro perímetro de gestión; multiplicar por dos el volumen de plásticos que estamos reciclando de 2020 a 2030; promover los diferentes usos y el reciclaje del agua, multiplicando por tres las fuentes alternativas a la producción que tenemos actualmente, o ahorrar el equivalente al consumo de una ciudad de dos millones de habitantes de 2020 a 2030. Otro compromiso relevante que se ha fijado el Grupo es el objetivo de incluir un precio del carbono en sus decisiones de inversión de capital e I+D.
Sin embargo, nuestra acción en solitario, o la de solo un grupo de países – debemos contar necesariamente con Estados Unidos, China e India- no será suficiente para cambiar las dinámicas de la situación actual. El Acuerdo de París parece estar entre las cuerdas en la semana en la que se conmemora el Día de la Madre de Tierra. Naciones Unidas, casi de forma premonitoria, decidió dedicar la efeméride a la «Alfabetización Ambiental y Climática» con el fin de formar e informar a la ciudadanía sobre los peligros que el cambio climático entraña para nuestro planeta. Como afirmó Nelson Mandela, «la educación es el arma más poderosa que podemos usar para cambiar el mundo».
Compartimos perspectiva con el líder sudafricano y, siendo conscientes de lo fundamental de actuar en lo local, la ponemos en práctica a través de programas como ‘Aqualogía’, desarrollado por la Escuela del Agua y que está dirigido a escolares de primaria y enfocado en el conocimiento del ciclo integral del agua y de sus retos actuales. El objetivo es concienciar a los escolares sobre la importancia del agua y fomentar una actitud positiva hacia el medioambiente. También contamos con los programas educativos del Museu Agbar de les Aigües, donde se ofertan actividades relacionadas con los valores asociados a la cultura del agua, el respeto al medio ambiente y la sostenibilidad. Durante el pasado curso académico participaron en él, solo en Cataluña, cerca de 30.000 estudiantes.
Se trata, en definitiva, de una labor esencial que forma parte de los ejes vertebradores de nuestra empresa. No debemos olvidar que conocer, cuidar y respetar un recurso como el agua es, al fin y al cabo, conocer, cuidar y respetar la vida, pues de ella depende la supervivencia del planeta. Sin agua no hay más recursos por lo que, ahora más que nunca, se impone actuar con rigor y apertura de miras. Recuperemos el espíritu inicial del Acuerdo de París y aseguremos un planeta sostenible para las generaciones futuras.