La anticipación, la innovación y las alianzas son esenciales para dar respuesta a los desafíos ambientales y sociales de hoy y del futuro, generando un impacto positivo en la sociedad, situando a las personas en el centro.
Así lo he manifestado en el Desayuno organizado por la Fundación CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos) en Madrid, donde he detallado las soluciones que estamos llevando a cabo desde Agbar para avanzar en el desarrollo sostenible, combatir las desigualdades, y atraer y retener el talento.
Para garantizar la disponibilidad de agua y afrontar los fenómenos climáticos cada vez más extremos y frecuentes, necesitamos una mayor inversión en infraestructuras, impulsando la reutilización y la digitalización, para mejorar la resiliencia y la sostenibilidad del ciclo del agua. Este debe ser un eje estratégico de la agenda política de nuestro país mediante un Pacto Nacional del Agua para incrementar las inversiones y mejorar la gobernanza.
Hay un cambio global que se aprecia en una variación del régimen pluviométrico, que provoca modificaciones en el régimen de caudales de los ríos. Por tanto, el objetivo debe ser adaptar las infraestructuras al cambio climático global que estamos viviendo, mediante la innovación, para que las ciudades sean resilientes.
Las inversiones deben ir desde captar y almacenar el agua de manera distinta; rehabilitar las conducciones hasta el usuario final, mejorando los canales de riego; la eficiencia en la distribución, sea de riego en la agricultura o en las ciudades; hasta la transformación de las estaciones de tratamiento de aguas residuales, que nosotros hemos convertido en biofactorías. Estas instalaciones -premiadas por Naciones Unidas- están basadas en la economía circular, por lo que consumen la propia energía que producen; valorizan residuos, y regeneran y reutilizan el agua.
La asociación de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos y de la Ingeniería Civil ha definido bien que lo que necesitamos son infraestructuras por valor de 18.300 millones de euros anuales para los próximos veinte años, para podernos adaptar. Es por este motivo que necesitamos un plan de infraestructuras, a la vez que se impulsan inversiones para la renovación de los canales y sistemas de riego, así como disociar las necesidades de la agricultura, de la industria y de las ciudades. La regeneración es la que nos permite solucionar este problema de escasez hídrica que vivimos de forma permanente, sobre todo en las cuencas mediterráneas.
España es pionera en regeneración de agua en toda Europa. Nos encontramos en un 10 %, aproximadamente, de regeneración de aguas depuradas; en el área metropolitana de Barcelona, es en torno el 25 %; en el Campo de Cartagena, estamos en el 98 % de reutilización porque su principal uso es la agricultura.
Si conseguimos regenerar y reutilizar el 100 % de este recurso escaso, junto con la desalación, el agua subterránea y el agua superficial, esto nos permitiría superar el problema de la sequía en las ciudades. Por tanto, debemos avanzar decididamente con este objetivo.
El agua es un elemento básico y solo vamos a poder afrontar estos retos con la participación público-privada. Las empresas disponemos de la tecnología, la capacidad de gestión, la innovación y tenemos voluntad de cooperar y colaborar. Cada uno tiene que ejercer su papel, y las administraciones públicas tienen que establecer la gobernanza precisa para que las inversiones puedan llevarse a cabo.
En este sentido, nuestro modelo de empresa está basado en la excelencia operativa, la innovación, la acción social, fomentando la ocupación y disminuyendo las brechas. También es imprescindible la atracción, desarrollo y retención del talento. Es, en definitiva, un modelo que busca aportar valor a toda la sociedad, sumando esfuerzos en positivo con todos nuestros grupos de interés para lograr un futuro más sostenible.
La innovación es lo que nos ayuda a ser más sostenibles y también a desarrollar nuestra acción social. Por ello, hemos creado Dinapsis, centros digitales en Barcelona, Benidorm, Marbella, Madrid y Canarias, entre otros, para optimizar el uso urbano del recurso hídrico, anticiparnos a fenómenos meteorológicos, así como fomentar la innovación abierta y cocrear.
En el ámbito social, en estos momentos tenemos unas 125.000 familias que no pueden pagar el agua en toda España. Entre los programas que hemos puesto en marcha, se encuentra el programa OLA, con Cruz Roja y organizaciones locales, territoriales y los servicios sociales de los ayuntamientos, incidiendo en tres ejes: ocupación, liderazgo y acompañamiento de las personas en situación de vulnerabilidad.
También trabajamos con ONCE para avanzar en la inclusión y accesibilidad, y hemos puesto en marcha el programa Contigo para facilitar la relación con nuestros usuarios, mediante la atención digital, presencial, en diversos idiomas y oficinas móviles, entre otras medidas para hacer frente a las distintas brechas.
Todo ello lo impulsamos situando a las personas en el centro de nuestra acción, con el propósito de mejorar su futuro mediante la gestión del agua y los recursos naturales de forma sostenible.
El encuentro, presentado por Pau Herrera, secretario del patronato de la Fundación CEDE, ha sido en formato diálogo moderado por Ángeles Delgado, presidenta de Fujitsu de España y Portugal y patrona de la Fundación CEDE.