Con el objetivo de consolidar nuestro compromiso de cumplir con los ejes estratégicos acordados a nivel internacional por el Acuerdo de París y la COP 21 hasta 2030, desde CETAQUA trabajamos en las tres iniciativas BINGO, RESCCUE y LIFE ENRICH. Éstas articulan el trabajo colaborativo con los diferentes agentes implicados en la lucha contra el cambio climático, así como en la búsqueda de soluciones y tecnologías innovadoras en materia de medio ambiente.
Según estadísticas recientes de la ONU, un 54% por ciento de la población mundial reside en centros urbanos y se estima que en 2050 esta proporción aumente hasta un 66%. Conviene tener en mente este dato y ponerlo en común en el contexto actual, en que las ciudades afrontan acontecimientos naturales como sequías e inundaciones, que se irán viendo progresivamente agravadas por el cambio climático. La previsión de crecimiento demográfico y concentración urbana para las próximas décadas exige propuestas urgentes de resiliencia, es decir, una mejora en la capacidad de las ciudades para anticiparse, responder y recuperarse de estas amenazas.
Desde 2015 hasta 2019, el proyecto BINGO (Bringing Innovation to onGOing water management – a better future under climate change), financiado a través del programa Horizon 2020, tiene como fin analizar el impacto del cambio climático sobre el ciclo integral del agua, realizando previsiones sobre diferentes escenarios futuros, así como promover soluciones para la resiliencia urbana. En el caso del Área Metropolitana de Barcelona, BINGO analiza el riesgo de riadas en Badalona, centrándose en el drenaje urbano y los vertidos al mar.
Coordinado por Aquatec-SUEZ Advanced Solutions y en colaboración con UN-Habitat, el proyecto RESCCUE (Resilient Cities facing Climate Change in Urban Areas) lleva desde el año 2015 articulando la colaboración entre 18 socios europeos. La principal meta de esta iniciativa, cuya finalización está prevista para abril de 2020, es planificar la resiliencia urbana prestando atención a las interdependencias de los servicios urbanos. Las ciudades de Barcelona, Bristol y Lisboa, con la colaboración de sus respectivos ayuntamientos, son los tres casos piloto del proyecto. El objetivo es ofrecer soluciones para los escenarios climáticos actuales y futuros, así como priorizar aquellas acciones que eviten o minimicen el riesgo y los daños asociados, para disponer de un plan eficaz de resiliencia urbana.
Los efectos de la actual crisis ambiental no solo afectan a los entornos urbanos, sino también a los agrícolas. En la actualidad, el fósforo y el nitrógeno son los principales nutrientes empleados como fertilizantes en este sector, aunque la producción de nitrógeno para su uso en agricultura implique un elevado consumo energético. El fósforo, por su parte, es un recurso natural no renovable. Por otro lado, en las depuradoras se eliminan ambos elementos con el objetivo de prevenir la contaminación, lo que se traduce en unos elevados costes operacionales.
Con el objetivo de garantizar una gestión eficaz, sostenible y renovable de ambos nutrientes, el proyecto LIFE ENRICH (Enhanced Nitrogen and phosphorus Recovery from wastewater and Integration in the value Chain) trabaja en la recuperación de estos elementos de las aguas residuales en las EDAR (Estaciones de Depuración de Aguas Residuales) para utilizarlos como fertilizantes.
Impulsado gracias a la participación del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA), Aquatec-SUEZ Advanced Solutions, la comunidad de regantes Aigües del Segarra Garrigues (ASG), la Empresa Municipal de Aguas y Saneamiento de Murcia (EMUASA), la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y la Universitat Politècnica de València (UPV), este proyecto integra administraciones públicas, plantas de tratamiento, universidades y centros tecnológicos de diferentes sectores, con el objetivo de demostrar la viabilidad técnica, económica, ambiental y normativa de este nuevo modelo de economía. LIFE ENRICH arrancó en septiembre de 2017 y estará vigente hasta el año 2020.
La meta común es clara: promover entornos urbanos más resilientes y avanzar hacia un modelo de gestión del ciclo del agua más sostenible en una economía circular. Los distintos proyectos citados son una clara muestra del compromiso adquirido, pues cada uno de ellos propone y desarrolla soluciones y tecnologías innovadoras que contribuyen a prevenir los efectos de realidades tan preocupantes como la crisis ambiental y el cambio climático.