Celebramos el 150 aniversario de Aigües de Barcelona. Se trata de un tiempo para la vertebración de una respuesta ante los próximos retos que debemos afrontar y, además, de realizar autocrítica para poder seguir mejorando. En las siguientes líneas me gustaría compartir parte de lo expuesto el pasado jueves 16 de febrero en la Cámara de Comercio de Barcelona, dentro del foro Dinars Cambra, donde tuve la oportunidad de reflexionar sobre la trayectoria de nuestra actividad en este siglo y medio.
Aigües de Barcelona ha sabido enfrentarse y responder a los hitos históricos que se han ido sucediendo a lo largo de este tiempo en la ciudad, generando una relación directa entre Barcelona y el desarrollo de la propia compañía. Son muchos los momentos a recordar. Olas migratorias, epidemias, sequías, inundaciones o la consolidación de la ciudad como referente turístico. Parte de esta historia compartida la contaba en este post dedicado al Día Mundial del Lavado de Manos en el que destacaba cómo hemos contribuido a la mejora de la calidad de vida de los barceloneses.
Aigües de Barcelona ha sido capaz de dar respuesta a los momentos más difíciles de la historia porque desde el principio invirtió, innovó y puso todos sus conocimientos al servicio de la ciudad y de los ciudadanos. Nuestra capacidad ha sido determinante en muchas ocasiones denotando el compromiso permanente – y que entendemos mutuo- con esta ciudad a largo plazo.
Nuestros éxitos son cuantificables y los ponemos en valor porque los hemos logrado a base de trabajo y esfuerzo. Alcanzamos un 99,96% de continuidad en el servicio. Esto quiere decir que los clientes de Aigües de Barcelona se quedan sin agua 15 segundos al año. Somos la única empresa española con la certificación ISO22000 que valida la calidad de nuestra agua. Tenemos un porcentaje de reclamaciones del 0,8% y una de las ratios más bajas de consumo por habitante y día (en concreto, 102 litros. A modo de comparativa, se consume 120 en París, 131 en Madrid o 197 en Oslo).
Pero no sólo destacamos por ser líderes en gestión eficiente. También desarrollamos como eje transversal de nuestra estrategia empresarial el compromiso con la sostenibilidad y la innovación con el objetivo de contribuir a mejorar nuestra ciudad. Como el proyecto CitySensia a través del cual nuestros vehículos pueden darnos en tiempo real la calidad ambiental de Barcelona. Es el último ejemplo de la constante innovación que realizamos en Aguas de Barcelona y que en 2015 propició 77 proyectos de investigación y desarrollo.
Con lo que nos sentimos especialmente comprometidos es con nuestro compromiso social. Nunca hemos dejado sin suministro a nadie que no pueda hacerse cargo de la factura, porque disponemos de una política de máxima protección a los colectivos más vulnerables. Desde 2012, más de 50.000 personas se han beneficiado de las bonificaciones para pagar el suministro del agua, lo que ha supuesto destinar más de 5,7 millones de euros al Fondo de Solidaridad para garantizar el derecho al agua a las personas en riesgo de exclusión social.
Para seguir afianzado nuestro compromiso social ya estamos dando voz al ciudadano para implicarlo en este dividendo social y seguiremos avanzando en la constitución de consejos sociales de barrio.
Además, generamos economía local. Más del 92% de los proveedores de la compañía son del área metropolitana de Barcelona. Según un estudio elaborado por la Cámara de Comercio de la ciudad que cuantifica el impacto global de la presencia del Grupo Agbar en Cataluña, en 2015 generamos un impacto económico de 1.960 millones de euros, lo que significa 5 millones de euros al día. Representamos el 0,42% del PIB, hemos creado 10.202 puestos de trabajo a tiempo completo, y hemos generado casi 235 millones de euros de recaudación fiscal.
Nuestros esfuerzos se centran ahora en dos retos que entendemos clave para lograr la sostenibilidad del sistema. En primer lugar, la garantía del suministro con la calidad necesaria que, en mi opinión, pasa por dejar de lado iniciativas como los trasvases – por su dificultad técnica y política- y apostar de forma clara por la reutilización. En Aigües de Barcelona lo tenemos claro y, en los últimos años, el ciclo integral del agua, contempla la reutilización como única solución a la realidad incontestable de que el agua es un recurso limitado.
El segundo reto clave en la ciudad de Barcelona es el saneamiento. Es decir, la depuración de aguas residuales. Otra de las fases que hace años que Aigües de Barcelona contempla en el ciclo integral, entre otras cosas, porque es la única manera de poder reutilizarla.
Para superar los mencionados retos, estaremos junto a las instituciones públicas, como lo hemos estado al largo de estos 150 años. Seguiremos presentes en la construcción de la ciudad y en el camino de la excelencia en lo que se refiere a la gestión del agua y a la aplicación de tecnología puntera. Trabajaremos para continuar ofreciendo el mejor servicio en una ciudad convertida ya en destino turístico de referencia mundial. Y, por descontado, continuaremos garantizando que nadie se quede sin agua porque no la puede pagar. Nuestro compromiso social es prioritario.
Cada una de las personas que han formado parte de la historia de Aigües de Barcelona y de las que forman parte de su presente y futuro, han sido y serán indispensables para llegar hasta aquí. Mi agradecimiento a su esfuerzo, tenacidad y profesionalidad que han hecho y hacen posible que hoy Aigües de Barcelona esté donde está.
Y gracias también a la ciudad de Barcelona, de la cual llevamos su nombre con orgullo. Está claro que Barcelona sería sin Aigües pero estoy convencido que Aigües no sería, o sería mucho menos, sin Barcelona.